
Una tormenta política sacudió esta semana a la Casa de Nariño, luego de que el excanciller Álvaro Leyva Durán lanzara una carta pública en la que asegura que el presidente Gustavo Petro tiene problemas. Las declaraciones, que se han hecho virales en cuestión de horas, no solo abren un nuevo capítulo de tensiones internas en el Gobierno, sino que también han desatado todo tipo de reacciones entre figuras de la política nacional.
La carta que lo desató todo
La carta fue dirigida directamente al presidente Petro, y en ella Leyva no se guarda nada. Según el exministro de Relaciones Exteriores, fue en París donde según él pudo confirmar “de manera cierta” que el jefe de Estado padecía un problema. Aunque no se especifica una fecha exacta de los hechos que hacen referencia a un viaje oficial realizado a Francia.
“Fue en París donde pude confirmar que Petro tenía ciertos problemas”, escribió Leyva en el documento, que ya circula ampliamente en redes sociales y medios de comunicación.
Lo más impactante es que Leyva sostiene que desde entonces, sintió la responsabilidad moral de intervenir por el bienestar del presidente, pero que sus intentos fueron rechazados. Según dice, decidió entonces apartarse del círculo presidencial tras no encontrar un canal efectivo para abordar la situación.
Petro rompe el silencio
La respuesta del presidente no se hizo esperar. En un pronunciamiento breve pero contundente, Gustavo Petro desmintió las acusaciones, calificándolas como “un acto de canallada política”. Aseguró que su salud está en orden y que no permitirá que se utilicen ataques personales para desviar la atención del país sobre los verdaderos desafíos que enfrenta.
Desde la Presidencia también se ha insinuado que Leyva estaría actuando con resentimiento tras su reciente salida del gabinete, donde enfrentó señalamientos por presuntas irregularidades en un proceso de licitación de pasaportes.
¿Un conflicto personal o una bomba política?
Lo que para algunos podría parecer una disputa personal, ha tomado un tono institucional. La gravedad de la acusación ha llevado a analistas y líderes de opinión a preguntarse si estamos frente a un episodio aislado o al inicio de una fractura más profunda en el Gobierno.
Y es que, más allá del contenido de la carta, lo que sorprende es el contexto: una figura como Leyva, con décadas en la vida pública, haciendo una acusación de este calibre contra un presidente en ejercicio. ¿Qué motivó realmente al exministro a romper el silencio?
Las reacciones no se hicieron esperar.
Una de las primeras en reaccionar fue la senadora María Fernanda Cabal, quien, fiel a su estilo, aprovechó la coyuntura para lanzar una crítica directa en sus redes: “¿Esto era lo que sabía María Jimena Duzán?”, escribió, en referencia a una periodista que anteriormente había mencionado rumores similares, sin confirmarlos.
Mientras tanto, en redes sociales la polarización se hizo sentir. Algunos usuarios exigen una investigación formal, mientras otros defienden al mandatario, argumentando que se trata de una cortina de humo o una jugada política.
Por ahora, no hay indicios de que la Fiscalía o alguna otra entidad vaya a tomar cartas en el asunto. Sin embargo, el impacto mediático ya está hecho, la carta de Leyva ha puesto al presidente en el centro de una conversación nacional que va más allá de la política y toca fibras personales.
El país sigue atento. Porque en un escenario político tan cargado de tensiones, cualquier palabra, carta o acusación puede convertirse en la chispa que encienda un fuego mayor.