La Iglesia Católica Argentina está en un momento crítico, donde la voz de sus líderes no solo se escucha en los templos, sino también en los pasillos del poder.
En un contexto nacional cargado de desafíos económicos y sociales, el llamado a la acción se vuelve más urgente. La reciente Asamblea Plenaria de Obispos, que reunió a importantes figuras de la iglesia, se convirtió en el escenario ideal para elevar un mensaje claro y contundente: la defensa de los derechos de los más vulnerables.
La inauguración de la Asamblea Plenaria
La Asamblea Plenaria comenzó en Pilar, Provincia de Buenos Aires, con la presencia de una amplia gama de obispos, incluidos diocesanos, auxiliares y eméritos. Este evento anual, celebrado del 3 al 7 de noviembre, es un espacio fundamental para que la jerarquía de la iglesia analice y discuta los problemas que afectan a la sociedad argentina. La apertura, dirigida por Monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), se inició con una misa que estableció el tono espiritual del encuentro.
En su homilía, Colombo no solo se dirigió a los fieles, sino que también lanzó un mensaje claro al Gobierno y a los actores políticos de la nación, instando a construir consensos y a trabajar en pro de una participación inclusiva en la vida pública. Este enfoque resulta crucial en un país donde las divisiones políticas y sociales son cada vez más evidentes.
El llamado a la inclusión y dignidad
Un eje central del mensaje de Monseñor Colombo fue la defensa de la dignidad de los discapacitados, jubilados y pobres, grupos que enfrentan múltiples desafíos en su vida cotidiana. La homilía se basó en la lectura del Evangelio de Lucas, donde Jesús invita a la mesa a quienes normalmente son excluidos de la sociedad. Este pasaje se convirtió en una poderosa metáfora sobre la necesidad de implementar políticas que aseguren que todos tengan un lugar en la “fiesta” de la vida.
- La dignidad de la persona humana como principio fundamental.
- La necesidad de proteger a los más vulnerables, especialmente en tiempos de crisis.
- La importancia de la gratuidad y la generosidad sin esperar recompensas.
Colombo enfatizó que el criterio fundamental para la construcción de una sociedad más justa debe ser la gratuidad, subrayando que la mirada de Dios sobre el mundo es diferente y que, en su perspectiva, los marginados y pobres son dignos de reconocimiento y respeto.
Retos sociales y económicos actuales
El contexto en el que se desarrolla esta Asamblea no es menor. Argentina enfrenta una crisis económica caracterizada por altos índices de inflación y un creciente desempleo. Estos factores afectan desproporcionadamente a los grupos más vulnerables, como los jubilados, quienes ven cómo su poder adquisitivo disminuye. Además, el fenómeno de la ludopatía virtual entre jóvenes es un problema que ha comenzado a recibir atención, ya que el acceso a juegos de azar en línea ha crecido sin regulaciones adecuadas, exponiendo a los jóvenes a riesgos serios.
Problemas específicos abordados por la Iglesia
Durante la Asamblea, Monseñor Colombo hizo un llamado a prestar atención a varios grupos específicos que enfrentan situaciones de vulnerabilidad:
- Personas con discapacidad, que a menudo son marginadas y excluidas de oportunidades laborales.
- Jubilados, cuya situación económica es cada vez más crítica debido a la inflación.
- Adictos y víctimas de trata, quienes necesitan protección y apoyo integral.
- Niños y jóvenes afectados por la ludopatía virtual, un fenómeno que requiere intervención urgente.
El arzobispo instó a la sociedad y a los gobernantes a luchar con todas sus fuerzas para que nadie quede excluido, instando a un cambio de mentalidad y a políticas que prioricen el bienestar de estos colectivos.
Un llamado a la acción para los gobernantes
Colombo no se limitó a describir la situación; también formuló un llamado directo a los políticos para que escuchen las voces de los ciudadanos. En un momento donde las decisiones a menudo se toman sin consultar a quienes realmente se ven afectados, el arzobispo enfatizó que los líderes deben:
- Escuchar a todos los sectores de la sociedad.
- Construir consensos en lugar de imponer decisiones unilaterales.
- Integrar a todos los grupos, especialmente a quienes tradicionalmente han sido excluidos.
Esta exhortación se interpreta como una crítica a las prácticas políticas actuales, que muchas veces se enfocan más en la polarización que en la inclusión y el diálogo constructivo.
La amistad social como un ideal
El concepto de amistad social fue otro pilar en el discurso de Colombo. Este ideal no solo aboga por la inclusión, sino que también sugiere la creación de un espacio donde todos sean bienvenidos. El arzobispo aclaró que la verdadera amistad social implica un compromiso conjunto hacia el bien común, donde la voz de cada individuo es respetada y valorada.
Colombo afirmó que aquellos en posiciones de poder no pueden ignorar las necesidades y aportes de todos los miembros de la comunidad. La amistad social, según él, debe ser el motor que impulse a los gobernantes a actuar con amor y pasión por el bienestar de su pueblo.
Reflexiones sobre la sinodalidad y la colegialidad episcopal
La Asamblea Plenaria también se centró en la importancia de la sinodalidad, un proceso que busca fomentar una iglesia más participativa y colaborativa. Esto implica que los obispos deben trabajar juntos, no solo para abordar cuestiones internas de la iglesia, sino también para contribuir a la discusión pública sobre los problemas que afectan a la sociedad.
Colombo explicó que la sinodalidad permite a los cristianos desarrollar una cultura de diálogo y reflexión crítica, esencial para enfrentar los desafíos contemporáneos. Este enfoque no solo fortalece la unidad dentro de la iglesia, sino que también permite a la comunidad religiosa ofrecer respuestas a las necesidades de la sociedad.
El rol de la Conferencia Episcopal Argentina
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) juega un papel crucial en la articulación de estas ideas. A través de sus dos asambleas al año, la CEA busca:
- Escuchar y compartir inquietudes y experiencias de las comunidades.
- Reflexionar sobre la actitud profética que se espera de la iglesia.
- Construir una Patria con verdadera amistad social y orientada al bien común.
La participación activa de los obispos en esta dinámica es esencial para garantizar que la iglesia no solo sea una voz espiritual, sino también un agente de cambio social.
Agenda y actividades de la Asamblea
Durante los días de la Asamblea, se prevé un cronograma lleno de sesiones de debate y reflexión. Este año, uno de los puntos centrales será:
- La adaptación de las estructuras de la CEA a nuevas realidades eclesiales.
- La atención médica y previsional de sacerdotes y religiosas.
- La interacción con el laicado, promoviendo el trabajo compartido entre obispos y laicos.
Estas actividades buscan no solo abordar las necesidades de la iglesia, sino también fortalecer la relación entre los diferentes sectores de la población.
Conclusión de la Asamblea
La Asamblea concluirá con un gesto espiritual significativo, donde los obispos peregrinarán a la Basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, para celebrar la Santa Misa. Este acto no solo simboliza la unidad de la iglesia, sino que también representa un compromiso renovado con la misión de cuidar a los más vulnerables y promover una sociedad más justa y equitativa.
La Conferencia Episcopal Argentina ha invitado a todo el pueblo de Dios a acompañar a sus pastores con oración, reconociendo la importancia de la unidad y la esperanza en estos tiempos desafiantes. En este sentido, el mensaje de Monseñor Colombo establece el tono de una Asamblea que busca articular la fe con las urgencias sociales y políticas del país, destacando la relevancia de la iglesia en la vida pública argentina.